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Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza; y señoree y reine en los peces del mar, en las aves de los cielos, sobre las
bestias, en toda la tierra, y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Aparecidos [De lo invisible al sueño de la aparición…]
Museo Municipal de Arte (MUMART) /12
Aparecidos / Instalación performática
Todas las culturas originarias tuvieron transportes principales en función de sus hábitats. La barca fue uno de ellos para aquellos asentamientos cercarnos a ríos o mares. Había un sentido práctico en su función. Encontrar alimentos, comunicarse. También simbólico en la idea de navegar más allá del conocimiento. El hombre navega en distintos planos, tanto objetivos, como subjetivos. Construyendo leyendas y mitos arriba de barcas de todo tipo. Tanto por superficie, como por aire, las canoas se desplazan en grandes viajes; otros traspasan los límites de la realidad para constituir la idea de perderse en el espacio real, o imaginario.
Fue fascinante jugar, de niño, con los barquitos de papel en los pliegues de la tierra, después de las lluvias. En nuestro caso fue un juego inocente... en el espacio urbano, de los barrios; por instante mágico, de pronto prohibido, pero siempre excitante y motivador. Más tarde, en ese laberinto de época, nos encontramos enfrentados, con lo desconocido que arribaba espantosamente. A la perdida, al dolor de lo innombrable e inhallable. A descubrir, sin explicaciones que seguir los sueños tienen un precio muy caro. En nuestro territorio, en nuestro espacio cultural, esa relación de perderse para encontrase, de intentar navegar, se convirtió en una fatal realidad para toda una generación. En cultura de lo siniestro. A tal punto, que se transformó en desaparición física. Espiritual. O expulsión de ese territorio. A una zona fantasmal. De negación y olvido.
Navegar la belleza de la naturaleza y el arte como acción por la cultura, la vida y los derechos de la sociedad civil, es resistir poéticamente.
Hoy, más que nunca, creo en la importancia del arte y la cultura dentro de los sentidos básicos de la humanidad.
La navegación y el vuelo se hacen -¡presente, ahora y Siempre! - , con la acción APARECIDOS, Deriva, en medio del laberinto de la Urbe. Apareciendo, reafirmando al arte y la naturaleza ante el horror y la barbarie.
Daniel Acosta / artista visual. / Enero / 2012 / Museo Municipal de Arte (MUMART) / Pasaje Dardo Rocha (calle 7 y 49), conmemoración 36 de la implantación del Terrorismo de Estado en nuestro país.
Besé el
suelo al lado del precipicio y un árbol sin flores.
Oí los
golpes avanzar, del brazo de la luna, trayendo en sus espaldas luciérnagas, palas
y hachas, para levantar al lado del monte destruido, una casa alucinante.
Oí voces conmovedoras salir de los ojos del búho.
Que eran miles, y cantaban al caer del árbol viejo, por el camino.
Camino compartido por jóvenes y abuelos sin paciencia por el olvido.
Oí manos alertas, en el campo malogrado, que tala árboles.
Tiro a la naturaleza / 12 / Br.
Oí, en la tierra inagotable, voces alocadas caminar la alegría del reencuentro.
Respirando. Hondo, el instante de la naturaleza / Daniel Acosta 29 / 06 / 81 / la Plata