viernes, octubre 12, 2012

Conquista - Desconquista. Cusco / 12 / daniel Acosta

daniel Acosta - Acción: Conquista - Desconquista. Cusco, Perú. Set. 12
Set. /2012/ CONQUISTA...Es la calle por donde Francisco Pizarro entró para colonizar Cusco; con 150 o 180 españoles pudieron conquistar el imperio inca, relatan los lugareños. (Cuzco, quechua que significa Ombligo del mundo") Calle hoy día semi abandonada, pero que las autoridades cusqueñas han decidido rescatar del olvido. El conquistador español Pizarro entró a la mítica ciudad de Cusco el 15 de noviembre de 1533. Buscando oro, que creían se encontraba en  la ciudad del Dorado. Que se cree es Machu Pichu. Santuario inca, oculto en la selva.
 El olvido que en los últimos años han padecido otras zonas, como la calle Conquista,( la calle, que formaba parte del Qhapac Ñam),Camino Inca. Pizarro, quien hace casi 500 años entró a la ciudad por esta vía. Lo más curioso de la ciudad de Cuzco, ubicada a 2.800 metros sobre el nivel del mar en los Andes sur-peruanos, es que sobre las notables construcciones incaicas, los colonizadores españoles levantaron otras edificaciones, como iglesias y otros sitios de su largo reinado, creando una extraña simbiosis arquitectónica.
 LA CONQUISTA / El Tahuantinsuyo 
La pregunta mas frecuente es cómo 150 o 180 españoles pudieron conquistar tan fácilmente el imperio inca, que tenía entre 12 a 16 millones de habitantes. La conquista no fue consecuencia de su poder físico o sabiduría privilegiada, sino simplemente porque cuando llegaron a estas tierras los incas se encontraban en una sangrienta guerra civil.
En aquel entonces el monarca legítimo era Tupac Kusi Wallpaq, a quien se le conoció como Huáscar. Tenía un hermano llamado Atahuallpa, o Atahualpa, quien lideró una revolución y venciendo a Huáscar en combate, tomó el poder. En este marco histórico fue que los españoles entraron a la ciudad de Cajamarca, en noviembre de 1532, y capturaron a Atahualpa que descansaba luego de haber vencido a Huáscar.
 El Tahuantinsuyo / El Centro Incaico
El 15 de noviembre de 1532, ciento veinte españoles, armados con caballos y cañones, lograron poner fin al Tahuantinsuyo. Ese día el inca Atahualpa cayó en una emboscada en la plaza de Cajamarca y fue apresado por los españoles. 
Desde su cautiverio el Inca Atahualpa mandó ejecutar a su hermano, al que mantenía prisionero. En cuanto se enteraron los españoles de estos acontecimientos lo acusaron de fraticidio, imponiéndole la pena de muerte. El Inca fue vejado ante la multitud, al tiempo que la sagrada mascapaicha rodaba por los suelos. 
Cuando murió, entre el 8 de junio y el 29 de julio de 1533, la cohesión política del Tahuantinsuyo ya se había destruido. 
Luego de la ejecución sumaria los españoles retornaron hacia el Cusco, capital del imperio, ciudad en donde pensaron serían bienvenidos por haber hecho justicia con la muerte de Atahualpa, que había asesinado a Huáscar, el Inca reconocido como tal en el Cusco. Así, no sólo les fue reconocida su acción de justicia, sino que fueron considerados como dioses, por ser tan diferentes. Tenían la piel blanca, portaban armas de fuego, poseían raros animales, los caballos, llegando a creer incluso que animal y hombre eran un único ser capaz de dividirse en dos, cuentan los relatos hispánicos
Entre los quechuas se afianzó la creencia que eran divinidades porque existía un antiguo mito que refería que los dioses Incas habrían de llegar por nave al territorio del Tahuantinsuyo, bajo forma humana y por el agua, es decir, navegando: exactamente cómo los españoles hicieron. Debido a tales razones, fueron aceptados y bienvenidos en la capital. Sus habitantes les hicieron conocer lo que ellos tenían, sus palacios, templos, pueblos y ciudades, a excepción de Machu Picchu.
 máscara que representa al conquistador español, utilizado por los pueblos quichuas


Una de las piezas más importantes de la ciudadela es el Intihuatana, un monolito del tamaño de un piano de cola situado en el templo de las Tres Ventanas y diseñado para "capturar el sol". El momento culminante del Intihuatana ocurría en los solsticios de invierno, cuando el sol parecía irse apagando día tras día. Entonces un sacerdote oficiaba una ceremonia para retenerlo. A partir de ese día, para alivio de los campesinos, el sol empezaba a crecer de nuevo.

 hoja de coca, planta sagrada Inca

 24 de junio, día de la fiesta del sol. Los cuzqueños se preparan a conciencia para el Inti Raymi, que es el nombre quechua de la fiesta. Más de 500 personas se visten como el antiguo séquito imperial. La celebración empieza con el Inca dando un discurso en el Koricancha, ante un gran disco dorado. Tras eso ocupa su trono de oro y es llevado en andas. El trono actual -igual que el disco- es una réplica, por supuesto. El original pesaba 80 kilos de oro macizo y fue reclamado por el vencedor Francisco Pizarro como trofeo de guerra. Después lo fundieron. como otras piezas de valor incalculable.
Presidida por el anda, la procesión del Inti Raymi da una vuelta a la plaza de Armas. Y pasa frente a la catedral. Pero no se detiene ahí. Sale de la ciudad y asciende 350 metros por la montaña hasta el verdadero escenario de las ofrendas al sol, que además es otro de los grandes misterios de Cuzco: la fortaleza de Sacsayhuamán.

 Con tres hileras de murallas que asemejan la dentadura de un tiburón, la fortaleza ha sido un desafío intelectual para arqueólogos e historiadores. Sus piedras más pesadas llegan a las 70 toneladas, y nadie sabe quién y cómo las arrastró a su ubicación actual desde las canteras, la más cercana de las cuales está a tres kilómetros de distancia montañosa, sin caminos llanos.
Si es inexplicable el transporte, también lo es la técnica de construcción. Las piezas encajan a la perfección unas con otras, al punto en que es imposible meter una hoja de navaja entre ellas. Y eso sin cemento ni ningún tipo de pegamento. Fue necesario tallar cada una de las piedras que conforman las más de sesenta paredes de más de ocho metros de altura para que se adapten las unas a las otras, algunas de ellas con más de diez ángulos por lado. Para el cronista colonial Garcilaso de la Vega, la única explicación posible era el pacto de los indios con los diablos. Analistas más recientes, pero igual de imaginativos, atribuyen Sacsayhuamán a la colaboración de extraterrestres.
  hojas de coca, planta sagrada Inca
Escuchando a los guías ajenos supe que las paredes del Koricancha habían estado enchapadas con más de 700 láminas de oro puro. En su interior, los incas guardaban un sol incrustado de joyas, un campo de maíz y varias estatuas, todas de metal precioso. A su alrededor, en forma de rayos solares, serpenteaban líneas que marcaban la posición del astro rey, como si el templo mismo fuese un reflejo del cielo. El botín de guerra fundido en Cuzco dio 580.200 pesos de oro y 215.000 marcos de plata, que Francisco Pizarro repartió entre sus soldados, al igual que las tierras y los indios.


El Koricancha fue entregado a los frailes dominicos, que conservaron la base, pero edificaron su iglesia encima como símbolo de que el dios cristiano había derrocado al sol. Lo mismo ocurrió con muchas de las edificaciones cuzqueñas, que combinan los iconos religiosos incas con los católicos. El monasterio de Santa Catalina se erigió sobre la casa de las Vírgenes del Sol. La catedral, sobre el palacio del Inca Viracocha. La Compañía de Jesús, la última en llegar, elevó su iglesia sobre el palacio del Inca Huayna Capac. Toda la arquitectura de Cuzco es un gran mestizaje de dos imperios desaparecidos...aunque lo principal,el sol, principio de toda vida continua inspirándonos...
Conquista, calle por donde el conquistador Pizarro entro a colonizar Cusco, buscando el oro del Dorado...Conquista, a photo by daniel Acosta arte acción y naturaleza on Flickr.

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